
Ideas centrales
Strange pone el énfasis en el debilitamiento de los Estados nacionales ante el poder de los mercados, las empresas transnacionales y hasta las mafias, teniendo en cuenta que la globalización y compañías hay que interpretarlas en términos de poder y no como si fueran un acontecimiento natural y neutralmente técnico.
La autora desvela las trampas escondidas de los términos de general circulación como globalización o multilateralidad, que no son más que eufemismos que encubren las relaciones de poder. En resumen, que quien manda es Estados Unidos.
Para Strange, "globalización" puede referirse a cualquier cosa, un eufemismo educado para la armonización del consumo y prácticas culturales; "interdependencia" esconde la verdad de la dependencia asimétrica; "multilateralidad" (supuestamente acuñado por el departamento de relaciones públicas de IBM en los 60) desvía la atención del origen de las empresas, normalmente anglosajonas; y la "gobernación global" transmite la idea de que se está consiguiendo gobernar el mundo a través de una autoridad mundial, como consecuencia de la armonización de intereses.
Una de las hipótesis centrales del libro, es que el vuelco en el equilibrio de poder de los Estados a los mercados ha hecho que las empresas transnacionales sean el actor principal para competir por las cuotas de mercado mundiales, por lo que debe olvidarse que el Estado es el único actor y hay que abrir más el campo de estudio.
Pérdida de poder del Estado
Las empresas transnacionales han creado su propio sistema proteccionista privado, es decir, que interfieren en el funcionamiento del libre mercado. Strange afirma que existen acuerdos entre grupos de empresas que se reúnen informalmente y en secreto para repartirse el mercado, perjudicando a los consumidores, que no tienen más remedio que elegir entre lo que se les ofrece.
Esta es una forma de que cada vez menos empresas compitan por las cuotas de mercado mundiales. Además, los gobiernos observan impotentes lo que ocurre porque les es difícil aplicar las políticas antimonopolio al no contar con medios suficientes.
Un ejemplo de esto es el llamado "nolo contendere", por el cual una empresa se declaraba culpable de haber incurrido en el delito contra una ley antimonopolio, prometía no volver a cometerlo y así salía impune. Así ganaban todos: las empresas no eran penadas y los gobiernos no gastaban recursos fiscales o monetarios.
Todo el libro gira en torno al desplazamiento del poder de los Estados hacia otras fuentes de autoridad, algo que Strange repite hasta la saciedad en todos los capítulos. Para hacer un análisis exhaustivo de este desplazamiento la autora enumera los poderes y las responsabilidades tradicionales del Estado:
- El derecho a sacrificar las vidas de los ciudadanos y defender el territorio nacional frente a una invasión extranjera.
- Controlar la moneda.
- Elegir el modelo capitalista que seguirá el Estado.
- Corregir los auges y las depresiones cíclicas.
- Proveer de seguridad a los menos capacitados.
- Recaudar impuestos.
- Controlar el comercio exterior y las importaciones.
- Poner las bases de la infraestructura económica.
- Otorgar monopolios.
- Uso de la fuerza contra los ciudadanos.
El desplazamiento desde el Estado al mercado se produjo, según Strange, en buena medida gracias a las políticas estatales para fomentar el libre mercado, además de otros factores que lo han ayudado como los cambios tecnológicos, el crecimiento de la producción industrial y el cambio en las finanzas.
Otras fuentes de autoridad (diferentes a los Estados)
Las empresas se han vuelto más independientes al interaccionarse con otras empresas en lugar de relacionarse con los gobiernos. Aunque las empresas transnacionales no han superado a los gobiernos de los Estados en autoridad, sí se han hecho con partes del poder que anteriormente eran únicamente estatales, como la dirección económica de la localización de la industria, la innovación tecnológica, la gestión de las relaciones laborales y la imposición fiscal.
Pero para ser honestos, en algunas cuestiones tendrá prioridad el Estado y en otras no. Nunca se habla en La retirada del Estado de una desaparición total actual del Estado, sino de un declive en lo que se refiere a garantizar ciertos aspectos antes controlados solamente por los Estados, como velar por los intereses de grupos sociales especiales.
En relación con las telecomunicaciones como sistemas de transmisión, las conexiones, los móviles, los satélites y todas las nuevas tecnologías, han disminuido el control de los gobiernos, ya no tienen el monopolio de los servicios. Ahora se ven forzados a negociar con empresas transnacionales y los beneficios van a parar a este sector privado.
Los grandes usuarios de las tecnologías más avanzadas son las grandes empresas y sus intereses deben tenerlos en cuenta los Estados. Aparte la combinación del ordenador personal con los sistemas de transmisión telefónica permiten enviar mensajes a tiempo real sin intervención de ninguna autoridad salvo las que dan acceso al sistema.
Por lo que respecta a las mafias, en Italia se producían una serie de intercambios entre el gobierno central y la Cosa Nostra, que proveía de seguridad a los ciudadanos. No habría ningún enfrentamiento mientras que cada uno se mantuviera en sus dominios, pero a medida que la mafia se hizo demasiado poderosa, fue vista como una amenaza por el gobierno, y el conflicto tuvo como resultado un descrédito de los políticos italianos y un mantenimiento de los negocios legales de la mafia.
Los gestores de riesgos no se libran del análisis de Strange. En este sector los contratos favorecen a las grandes empresas y a sus socios locales y gobiernos de acogida. En resumen, los ricos escogen lo que pagan al asegurar sus bienes o sus vidas y los pobres se quedan con el riesgo porque no pueden pagar por ello. Además, los aseguradores realizan juicios de valor que alteran las opciones de los clientes potenciales, es decir, pueden escoger los clientes. Su poder consta de la utilización de incentivos o frenos que afectan a las posibles opciones de elección.
Por otra parte, las consultoras, las Seis Grandes como las llama Strange, contribuyen a la concentración económica y a un poder de las empresas transnacionales, al ser intermediarias en las fusiones entre empresas y al aconsejar sobre cómo esquivar los impuestos. Antes estas consultoras estaban dentro de las fronteras estatales, pero ahora traspasan ese límite y ofrecen diversos servicios con el fin de proteger sus intereses privados.
Los que se benefician de esto son los consultores y sus clientes (las grandes empresas). La única esperanza que ve la autora a este afán de concentración y para limitar el poder de las Seis Grandes es Estados Unidos, cuyo poder estructural aumenta y conlleva una mayor presión sobre estas prácticas cuasi-ilegales.
Otra fuente de autoridad diferente de los Estados son las Organizaciones Internacionales, que actúan en nombre de la Comunidad Internacional y que están dirigidas en su mayor parte por EEUU de manera no oficial. La Historia esclarece que organizaciones internacionales como la ONU son en realidad incompetentes en ciertos aspectos, porque EEUU la controla en función de sus intereses, sigue existiendo discriminación de algunos países frente a otros, y se delega el poder al Club de París y al Club de Londres.
Los Estados delegan parte de su autoridad a las organizaciones internacionales para amortizar prácticas y repartir beneficios a fin de conseguir un interés común. Pero en la práctica esta delegación sólo se produce cuando se percibe que el sistema internacional está amenazado o cuando el coste de esa delegación es mínimo.
Por lo tanto las organizaciones internacionales preservan el sistema internacional y sus actividades sirven para reforzar la autoridad de los gobiernos (como el de EEUU o en el Banco Mundial).
En el caso de Europa, parece que Strange cree que no se produce una delegación real de los Estados miembros de la Unión Europea, aunque señala que el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas y la Comisión Europea son fuentes de autoridad supranacional. Sin embargo, en otros aspectos la autora cree que no se conseguirá avanzar hacia una mayor unión porque los gobiernos prefieren un vació de poder en seguridad, moneda, interior y en política exterior. Hay que decir que estos aspectos pertenecen en cierta medida a la UE u otros organismos.
- Empezando por la seguridad, Europa se enmarca dentro de la OTAN porque los ejércitos no son una prioridad de los Estados miembros. Sin embargo, desde hace unos años se está hablando de la creación de un ejército europeo, bajo las órdenes de la UE para no depender tanto de organizaciones extra-comunitarias.
- En política interior se están produciendo cambios y en la puesta en marca de colaboraciones en cuestiones de terrorismo se están dando pasos agigantados. Strange no se equivoca al asegurar que los Estados miembros de la Unión están cooperando de manera estrecha no sólo en terrorismo, sino en diversos temas de política interna.
- En política exterior, dice Strange que podría haber problemas por el probable ataque de EEUU a Irak (el libro fue escrito en el 2001) pero se hacen progresos por una PESC (Política Exterior y de Seguridad Común). El tiempo nos ha hecho ver que la Unión Europea no se ha visto resquebrajada por la invasión estadounidense a Irak, y que se siguen dando progresos por una PESC estable y vigorosa.
- Por último, en lo que se refiere a la moneda, la inclusión del euro y su competición con el dólar de EEUU es muy importante para las políticas comunitarias y un gran paso de delegación de los Estados en la Unión Europea. Esa desconfianza de Strange, aunque con atisbos de esperanza para el euro, no se ha hecho realidad. Desde hace un tiempo el euro se ha convertido en una moneda estable y fuerte, clara competidora del dólar, e incluso superando a ésta.
En resumen, los tres ámbitos políticos más significativos del Estado siguen siendo los de siempre: el uso de la fuerza armada, el derecho a aplicar impuestos y determinar lo que es legal e ilegal. Pero en opinión de Strange, ahora que la economía de mercado mundial ha desbordado la autoridad del Estado, los gobiernos nacionales carecen de la capacidad y voluntad para subsanar las desigualdades e inestabilidad que conlleva el crecimiento y cambio de economías de mercado.
Esto afecta a la supervivencia de la democracia, que puede decaer consecuencia del aburrimiento o de la frustración, según palabras de la autora. Ninguna de las autoridades no estatales que aumentan su autoridad es gobernada democráticamente. No hay un banco central mundial que controle toda la economía del planeta, que lo regule todo, no hay un poder hegemónico como el de Reino Unido en el siglo XIX o de los EEUU después de la Segunda Guerra Mundial, el Fondo Monetario Internacional nunca se pondrá de acuerdo sobre ello porque priman los intereses privados de los nacionales que allí trabajan, y lo que ocurrirá en el futuro será el déficit de democracia.
Para que esto no suceda, Strange echa en falta una fuerza de oposición para que una fuerza sea aceptable, efectiva y respetada, y propone una combinación de fuerzas (el denominado equilibro de poder en las Relaciones Internacionales) que cuestionen el uso arbitrario o egoísta del poder y que lo usen para el bien común, mediante una posible coalición entre EEUU, Europa y Japón.
Por último, y para acabar ya la reseña de La retirada del Estado, hablaré de lo que Strange explica como el "problema de Pinocho". Los hilos que sujetan a Pinocho los asemeja a los lazos que unen a los ciudadanos con sus respectivos Estados. Si estos hilos o lazos desaparecen, a Pinocho (al igual que a los ciudadanos) nadie los dirige y tienen que decidir ellos mismos qué hacer.
Y al haber más fuentes de autoridad, al no tener como referencia únicamente al Estado, estamos ante un mundo en el que nuestra guía es nuestra conciencia, ya que no existen estructuras alternativas que desarrollen todas las funciones del Estado.
Bibliografía:
STRANGE, Susan, La retirada del Estado, Ed. Icaria Internacional-Intermón Oxfam, Barcelona, 2001.
Comentarios
Interesante resumen. Sólo una pregunta: ¿Cñomo es posible que Strange escribiera el libro el 2001 -según dices- si murió en 1998 ?
Por medio de una medium ???
Un error tan garrafal le quita credibilidad a la síntesis expuesta.